Ayer la artista Jeniffer Pereda realizó un conversatorio en línea sobre las galerías independientes durante la pandemia. Fue un evento sumamente agradable, sobre todo porque pudimos vernos las caras después de mucho tiempo, pero también porque se integró gente de Ensenada. Quizá en un conversatorio posterior se pueda integrar gente de todo el Estado.
Hubo cuatro personas que están a cargo de galerías. Ellos fueron Mino Kiyota de Planta Libre, Luis Hernández de Arista 1701 (y también Steppling Art Gallery en Caléxico), Elsa Magaña de Galería La Oficina y Selene Nevárez de Espacio Cultural Artmósferas. Además, estábamos varias personas interesadas, estudiantes, artistas, investigadores, etc.
El objetivo era conocer lo que hacen estas galerías independientes ahora que debemos practicar el distanciamiento social. No hay públicos presenciales ni exposiciones, ¿entonces qué se hace? El video luego se subirá a la red, así que ahí podrán saber más al respecto, pero yo quería platicarles sobre un tema secundario que se tocó en el conversatorio.
En un momento mencioné que, en lo particular, ya no podía pensar mis proyectos igual que antes. La pandemia cambió todo. Temas que antes me parecían sumamente importantes ahora me parecen irrelevantes, o quizá cuestionables ante esta nueva realidad. Tengo otras cosas qué decir y nuevas inquietudes. Se me ha reconfigurado todo.
Esta opinión, al parecer, fue controversial ya que algunas personas no estuvieron de acuerdo. Luis Hernández tomó el mensaje como si hubiese dicho que no se puede hacer arte en este periodo porque hay cosas más importantes. Es decir, afirmó que es importante que se siga trabajando, y que los artistas verdaderamente comprometidos siguen haciéndolo, incluso en momentos de crisis.
Por otra parte, Adrián Pereda, docente de la Facultad de Artes y director del espacio I21mx, tampoco estuvo de acuerdo. Su argumento es que el arte no debería tratar, forzosamente, sobre el Coronavirus y situaciones similares. El arte puede tratar de eso, pero debe ser libre para tratar de lo que quiera. Los temas del arte, incluso cosas abstractas que aparentemente no reflejan nuestra realidad inmediata, son totalmente válidas pase lo que pase.
Lo extraño es que estoy de acuerdo con ambos. Creo que los comentarios vinieron más bien de una incomprensión de lo que yo intentaba decir, y quizá desde mi punto de vista como escritor, que es un tanto distinta a la de un artista visual.
Recientemente escuchaba una entrevista radiofónica con Stephen King, quien en este momento se encuentra escribiendo una nueva novela, como es lógico ya que es muy prolífico. Y su historia transcurría en el presente, pero tuvo que cambiar el tiempo a 2019, ya que nada tenía sentido en 2020. Sus personajes viajaban en un crucero, por ejemplo. Los cruceros actualmente están cancelados y eso es debido a casos de infección que se dieron a bordo. Los pasajeros no podían siquiera bajar hasta que se hubieran recuperado todos. Experimentos recientes revelaron que eran lugares de fácil infección, especialmente por los buffets que se ofrecen.
El punto es que Stephen King tuvo que modificar su obra, aunque fuera en un modo pequeño, por la pandemia. Lo mismo sucederá con muchos performances que se tenían planeados, o el formato de exposición para muchas obras, al prohibirse los eventos masivos. Esta enfermedad ha tocado todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas. A eso me refería. No tanto a que tendremos que generar corona-arte porque está de moda, o porque todo estamos en depresión el arte ya no tiene sentido.
Puse como ejemplo un libro que tengo en proyecto desde hace mucho, sobre las tiendas de segunda mano “Los Globos” en Ensenada. Actualmente están cerrados y, como todo en estos momentos, su futuro es incierto. Tengo que reconfigurar lo que tenía pensado. No puedo hacer el libro igual.
Pero la pregunta es grande: ¿cómo cambiará o reaccionará el arte ante estas nuevas circunstancias y estilo de vida?
Ahí se las dejo de tarea porque yo no tengo respuesta.